Agosto: Entre la Lluvia y la Hojarasca

Con una cámara de formato medio, un rollo con 16 exposiciones y un bosque tras las lluvias de verano, este ensayo captura la diversidad de hongos que emergen del suelo y la madera. Nueve imágenes revelan lo que brota entre la lluvia y la hojarasca.

Agosto: Entre la Lluvia y la Hojarasca

El proyecto de agosto nació de una caminata por un bosque cercano a Valle de Bravo. Era un verano húmedo, con lluvias constantes, y supuse que el suelo estaría lleno de hongos. Con la idea de capturar los detalles de los hongos que encontrara, escogí una cámara de formato medio (Hasselblad 500c/m), un lente corto de 80 mm y uno largo de 250 mm, y un solo rollo de película en color (Kodak Ektar 100), limitado a 16 exposiciones en formato 645. No había mucho margen: uno o dos disparos por hongo, lo que significaba dejar fuera a otros que encontraba más adelante en el recorrido. Aun así, sentí que logré reunir ejemplos representativos de lo que el bosque ofrecía.

Mientras fotografiaba descubrí otra limitación. Los lentes no me permitían acercarme tanto como hubiera querido, lo que me llevó a incluir también parte del entorno inmediato en las imágenes. La textura de la hojarasca, la humedad de la madera y la penumbra del sotobosque se volvieron parte esencial junto a los hongos.

En ese momento no tenía idea de qué especies estaba viendo. Solo caminaba atento, intrigado por la diversidad de formas y colores. Fue al revelar el rollo cuando surgió la curiosidad de investigarlos y entendí que identificarlos no es sencillo. Hay variedades muy parecidas entre sí, diferencias que solo se revelan con microscopio, y especies que pueden ser comestibles o tóxicas según pequeños detalles. Esa dificultad terminó siendo parte del aprendizaje de este mes.

Estas nueve imágenes no pretenden nombrar ni clasificar, sino mostrar. Hongos blancos, rojos, escamosos, en repisa o en racimos: todos forman parte de un sistema vivo que se renueva con la lluvia. Más que certezas, lo que dejan son preguntas y destellos, pequeños recordatorios de la riqueza escondida en los suelos húmedos del bosque.